No digo nada nuevo cuando afirmo que los tiempos están difíciles y que ahora más que nunca -o casi- emprender es todo un reto que nos lleva a remar contra corriente.
Es hora de optimizar recursos y cuidar hasta el último euro que se va a invertir en el proyecto. A esto puede contribuir, y mucho, el software libre. El recurrir, por ejemplo, a CMS de código abierto para crear una página web, una tienda-online, un blog… supone un importante ahorro siempre y cuando dispongamos de conocimientos y tiempo para configurarlos, optimizarlos y administrarlos.
El problema puede estar en la base. Coincidiendo con esta conciencia de ahorro, o low cost, veo muchas empresas que basan su operativa y su presencia en Facebook. Algunas incluso que han dejado de renovar el hosting y el dominios de su web para centrar su presencia en esa red social.
Con ello no sólo estan perdiendo fuerza de marca, sino que están sustituyendo las columnas de hormigón por palillos. En principio todo parece mejor: coste cero, fácil mantenimiento y actualización de contenidos, unas estadísticas muy simples y manejables, y una fácil interacción con usuarios/clientes. Todas estas ventajas crean adicción. Y no vemos el riesgo. Facebook es gratis. Pero no es tuyo y por esa misma gratuidad, no tienes derecho ni de posesión ni de reclamación. Y ahí está el peligro: ¿qué pasará cuando a facebook se le de por suspenderte la página como consecuencia de algo tan sencillo como una falsa denuncia, un error o, simplemente, porque les da la gana?. Y ten en cuenta esto: lo harán sin aviso previo.
Una pincelada, extraída de la normativa de facebook:
«4. Seguridad de la cuenta y registro
10. Si seleccionas un nombre de usuario o identificador similar para tu cuenta o página, nos reservamos el derecho a eliminarlo o reclamarlo si lo consideramos oportuno »
Otra pincelada de la normativa específica de las páginas:
«Nos reservamos el derecho de rechazar o eliminar páginas por cualquier motivo.»
A la vista de esto, ¿crees que el riesgo merece la pena?. Si tenemos en cuenta que pueden suspenderte la página dos o tres años después de que hayas abandonado tu propia web, tu nombre de dominio, opino que no.
Imagínate las consecuencias de haberte acostumbrado a ello, y haber acostumbrado a tus clientes. Una de las consecuencias: has perdido toda la fuerza de marca, todo el branding. Y eso será sólo el principio.
Pero vayamos más allá. Los recientes cambios en EdgeRange, el algoritmo de facebook que «decide» qué publicaciones ven los usuarios, ha alterado notablemente la visualización de los contenidos. Entre los alarmistas que afirman que sólo el 7% de los fans de una página verán las publicaciones de ésta y los que dicen que con prácticas de community manager esto se soluciona y aquí no ha pasado nada hay un elemento común: hay que hacer algo y ese algo requiere unos mínimos de conocimiento y de dedicación. La realidad, en cualquier caso (y a pruebas me remito) es que el alcance (el número de personas que ven los contenidos de una fan page) ha caído de media un 14%.
Pero esto de aprovechar el «todo gratis» no sólo ocurre en facebook.
También conozco varias empresas cuya base es, por ejemplo, DropBox, o Google Maps, por citar algunas. Hay proyectos realmente buenos y útiles, pero con esa base de gratuidad que los hacen tan frágiles…
Es posible que esté equivocado pero me gusta emprender sobre una base firme y sólida que permita que mis proyectos crezcan sin tambalearse o, de hacerlo, que no haya «riesgos estructurales».
¿Quieres opinar sobre esto?. Es gratis 😉